Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

sábado, 7 de abril de 2012

Aprendí. . .


Aprendí a guardarme las penas;
No aprendí a dejar de llorar...
pero sí a dejar las lágrimas caer, pensar y sonreír...
No aprendí a dejar de gritar,
pero sí a pedir disculpas si estuve mal...
o a callar si no había razón de seguir.

Aprendí a guardarme las penas...
aunque ahora me griten en la mente...
aprendí a bajarles el volumen...
y aún escuchando su murmullo poder sonreír,
porque si no hubiera aprendido,
quizás seguiría llorando por ahí.

Aprendí a mirar a los ojos cuando busqué comprensión,
y también a sonreír, suspirar y callar cuando quise reflexionar sola.

A veces también grité más alto,
intentando que entendieran que yo tenía razón.
Pero también aprendí a bajar el tono de mi voz,
a asentir y dar la razón, no porque yo no la tuviera,
sino porque aunque me entendieran no valía la pena.

Aprendí a guardarme las penas,
porque sé que al resto no le interesan,
porque sé que alegraré a mi enemigo,
y preocuparé a mi amigo.

A la larga aprendí a cerrarme al mundo,
para que no leyeran mis páginas con tanta facilidad,
pero también aprendí a compartir con el mundo,
sin necesidad de pasar mi curriculum.

Aprendí a guardarme la rabia,
aunque me sangrara la lengua por morderla,
porque sabía que era menor el dolor que sentiría yo al callar,
que el dolor ajeno al hablar.

Pero también aprendí a decir lo que pensaba,
porque muchas veces me dejé pasar a llevar,
preocupándome por quienes no valoraron mi comprensión.

Aprendí el con quién, el cómo y el cuándo.

Aprendí a compartir mis alegrías,
pero escogiendo al que sonreiría conmigo,
no al envidioso, ni al que solo apenaría.

Aprendí a guardarme las penas...
quizás podrás verlas rebalsar alguna vez,
pero no conocerás el diluvio que llevo dentro.
Porque aprendí que las penas podrás ser una tormenta horrible,
pero solo yo tengo el poder de calmarla,
solo yo puedo decidir que tan fuerte o mansa hacerla,
y solo yo puedo decidir su duración, su valor, su poder.

Aprendí muchas cosas... ¿Cuántas más me quedarán por aprender?


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