Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

viernes, 18 de mayo de 2012

¿Qué ha sucedido? Consecuencias de las clases de filosofía.

Las personas han dejado de mirarse a los ojos y a reconocerse entre ellas mismas como iguales; desde entonces han dejado de ser felices.


Hemos olvidado escucharnos, y ¡Oh!, cuánto nos perdemos ante cada persona que ignoramos: ignoramos sabiendo que entre nuestros más grandes anhelos está el ser escuchados; nuestras ideas, nuestros sueños, nuestras penas y problemas... a veces queremos gritar todo para ser oídos, sin embargo, ¿Qué nos hace más merecedores de ser oídos que aquella persona que ignoramos?, ¿No es acaso igual a nosotros?, ¿Acaso no sueña también?

Nuestra sociedad actual insiste en la hipocresía de pensar que somos todos uno, que estamos unidos, cuando en realidad en cada momento nos volvemos más egoístas, más individualistas, más cobardes; somos simples actores con máscara, desde el más 'puro' hasta el más "rudo y fuerte", pues nadie se atreve a ser como es, todos siguen una masa con tal de pertenecer a algún lugar o grupo, cuando cada vez nos volvemos más hacia dentro... ¡Y ni siquiera de una forma sana!; Odiamos al de al lado, nos molestan sus actitudes, pero no nos preguntamos el por qué, ni qué hacer al respecto. Todos se quejan en silencio, porque quien lo diga a viva voz será juzgado.

Entre todo este egoísmo, irónicamente, nos hemos olvidado a nosotros mismos y, peor aún, de nuestra alma... hemos olvidado cómo ser felices.


¿Vivimos realmente por nosotros?
¿Son realmente nuestros sueños NUESTROS?
¿Sabemos por qué vamos en una dirección y no otra?
¿La escogimos nosotros... o nos la dijeron?

Hasta cierto punto está bien vivir en un mundo consensuado, pues para nuestra especie extraño sería aparecer en este mundo sin una finalidad, sin algo qué hacer; nuestra anatomía no está hecha para quedarnos quietos, es la que nos da la misma libertad que nos hace esclavos de elegir qué hacer con nuestras vidas.

¡ESO!¡¿Cómo hemos podido permitirlo?! Nos hemos olvidado de vivir... de escoger.

Nuestra pobre alma no ha tenido más remedio que aceptar su encierro en este cuerpo que comparte con nuestra conciencia; somos cosas separadas pero con una misma esencia: Ambas tenemos una meta y también un tiempo para cumplirla... y la gente pierde este tiempo... como quien deja escapar la arena entre los dedos: Así como quedamos sucios tras dejarla caer, el tiempo también deja su huella; ¡Pero las ignoramos! Ignoramos todo; las señales de que perdemos el tiempo, conversaciones que podrían ser enriquecedoras, y aún peor, ignoramos nuestra propia infelicidad.

Entonces encontramos dos tipos de locura, y claramente podemos ver que la posiblemente correcta es vista como maligna, y a cambio escogemos aquella que nos mata. Preferimos olvidarnos a nosotros mismos por cosas banales hasta volvernos locos al caer en cuenta de lo hecho, que olvidar esta realidad que nos han impuesto y pintarla con colores propios.... ¿Acaso no es esto último lo que la sociedad ha denominado locura? ¿No es considerado demente aquel que a toda costa desea vivir de su arte, y ensalzado el magnate famoso que ha perdido todo y se ha abandonado a sí mismo entre sus riquezas para llegar a "ser quien es"? ¿No es eso lo que la sociedad ha establecido como correcto? Lo peor es que bajo este razonamiento se cierran con mayor fuerza las puertas para aquellos locos que pintan su mundo, ¡Y no porque se equivoquen!, sino por la envidia; ellos se han atrevido a hacer lo que nosotros no. Han roto una barrera que amamos hipócritamente.

Todos ocultan sus talentos y sueños, pero quieren ser oídos... se esconden y se avergüenzan y, sin embargo, puedes notar la satisfacción en sus rostros al ser reconocidos por ellos.

Hemos confundido tantas cosas y es sin duda sumamente triste... Nuestra felicidad por la realización social -hipócrita-, nuestro trato con nuestros iguales por la conveniencia... Nos hemos contaminado al cegarnos, horriblemente, por elección propia.

Nos hemos quedado incorrectamente atados en lo físico, cuando intelectualmente podemos y valemos más.

De las palabras -único pasar expresivo de nuestros pensamientos-, nos hemos pasado a los gestos, que aún podemos considerar 'puros', de ahí nos pasamos a lo físico, el tocar, y lamentablemente nos quedamos equivocadamente ahí.

Hemos olvidado conversar, y batirnos a golpes parece ser la única forma de solucionar nuestros problemas... y sí, considero hasta la más suave bofetada hasta el herir a mano armada, pues llevan los mismos tintes de desprecio, y ninguna ansia de solución.

Y peor aún, nos hemos confundido en este proceso, de aquello que nos hace únicos, diferentes, aquello que nos hace trascender en el tiempo, mantener nuestra especie, y una de las fuentes fundamentales de felicidad; el amor.

La gente ha confundido el amar con el entregar su calor; hemos contaminado una de las cosas más bellas que entre sus posibilidades nos brinda la naturaleza, sin costo alguno más que el ser recíprocos.

¿Qué le ha pasado a nuestro interior? ¿En qué nos hemos convertido?

Hemos dejado de amar, para entregarnos simplemente a la finalidad de este instinto de supervivencia.
hemos olvidado el sentimiento en una mirada, las risas de una buena broma, o el cómo nos puede cortar el aliento una declaración sin la necesidad de siquiera rozar los labios.

¡Nuestra naturaleza no es como aparenta ser; no es física ni terrenal! Y lo estamos olvidando TODO.

Lo que éramos... lo que deberíamos ser; insistimos en este mundo abstractamente hipócrita, que de abstracto cada vez tiene menos a excepción de una sociedad completa hecha de mentiras; no son felices, no se aman, no luchan, y ya casi han olvidado como soñar... sin embargo, se engañan creyendo que sí lo son, y para peor, a conciencia.

¡Qué pena por nuestra alma! Qué pena por nuestra mente, que nuestro fin intelectual se pierde... y nadie lo quiere salvar. Por lo menos no, hasta que la gente se destape los oídos y se descubra los ojos, y vuelva a mirar y a escuchar... pues sólo entonces volverá a reflexionar, a soñar, ¡Sentirá!... vivirá una vez más.


Leticia Umaña Zagal.
18-mayo-2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario