Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

domingo, 22 de julio de 2012

Sueños con sabor a realidad 3

Ese momento parecía infinito... como si ya nada del resto del mundo fuera a importar, o al menos así me sentía yo, apenas podía sentir el viento desordenarme el cabello, pues todos mis sentidos estaban concentrados en él. En sentir sus labios contra los míos encajar tan torpe pero perfectamente. Sentir sus manos sobre mis mejillas, que ardían tan fervientemente como si de una fiebre se tratase. Mis manos habían quedado en el aire... aún con todo el preámbulo, no hallaron un lugar en el que esperar ese momento, sin embargo, mientras sus labios acariciaban tiernamente los míos, mis manos buscaron su lugar casi sujetándose de su ropa a la altura de su pecho, enganchándose torpe y nerviosamente, casi tiritando.

Probablemente no hubiera pasado tanto tiempo como el que sentí pasar, más apenas pude respirar cuando el viento pudo al fin rozar mis labios, sintiéndose algo frío tras el calor de aquel beso... aquel primer beso. Una de sus manos fue a tomar las mías, sujetándolas en el lugar donde las había dejado, mientras buscaba sin separarse demasiado, apegar su frente a la mía.

Abrí mis ojos nerviosa, sin estar segura realmente de qué hacer o decir tras de eso, sin embargo al buscar su mirada, sus ojos permanecían cerrados, aunque una sonrisa satisfecha y un leve rubor en sus mejillas invadían su rostro, completamente admirable aún a tan corta distancia...
- Tú también me gustas...

Lo soltó tan calmo... sentí que el pecho se me removió por completo, y apenas pude soltar un suspiro intentando dejarme de nervios, y él apenas soltó una sola carcajada, mientras abría un poco sus ojos y me acariciaba en la mejilla. Tardé un poco en caer en cuenta, pero de pronto parecía que nuestros corazones latían sincronizados, pues con las manos en su pecho podía sentir con fuerza ese mismo golpeteo que sentía yo por dentro.

Mordí mi labio inferior, nerviosa, aún sentía que su mirada me quemaba, aunque ahora fuera de una manera diferente... agradable. Me quemaba y no podía quitar mis ojos de los suyos, soltando también una leve carcajada nerviosa.
- Dime algo...
- A-ah.. lo siento... -Respondí con una leve risa que le contagié, desviando la mirada, y separándome un poco. Distancia que aprovechó para retirar su mano de mi rostro, y tomarme ahora de ambas manos.
- Loca... siempre en las nubes.
- ¿Aún en un momento como este te encanta hacerme bullying, no? -Respondí con una sonrisa, aún algo embobada, viendo como él, inconscientemente acariciaba mis manos con delicadeza.- No sé exactamente qué decir...
- ¿Te sirve un te quiero? -Preguntó, de nuevo molestándome, con esa sonrisa amplia y una carcajada estrepitosa y claramente nerviosa.-
- Lo hago, pero no es eso..
- ¿Qué haces?
- Quererte, tonto... -Reí.- ...y también esperarte... y hacerte esperar... -Comencé a jugar nerviosa con sus manos.-
- Tranquila...- Respondió de vuelta dando un leve apretón a mis manos, siguiéndome el juego.- Si te pones nerviosa también me pongo nervioso yo...
- Eres influenciable...
- Un poco... no demasiado, pero sí, quizás.
- ¿Ves? Lo admites. -Alcé la mirada tímidamente, con una sonrisa ladina,
- Uhhhh... pero aún así me quieres. -Contestó alzando la mirada después de mi, sonriéndome igualmente para acercarse y besarme en la mejilla.
- Ahám... así como mala y todo, también me quieres. -Respondí, abrazándole, buscando esa cercanía otra vez, a pesar de sentir que mi corazón escaparía por mi garganta en cualquier momento.- Tanto reclamas de que eres frío, pero cuando quieres eres la dulzura con pies.
- Atentas contra mi masculinidad... -Respondió entre risas, abrazándome también y besándome en la frente.-
- Un hombre también puede ser dulce... -Reclamé bajito.
- Cómo digas...
- Tú eres muy dulce... -Agregué aún bajito, casí en susurro-
- A veces...
- Conmigo casi siempre...
- Cállate...
- Hmm...

Nos quedamos así un rato, en silencio. Un silencio agradable. Quizás para darnos un poco de tranquilidad, o quizás simplemente por no saber qué decir. Pasados unos minutos, suspiré y me enderecé levemente.
- Oye... ¿a qué hora tenías que volver?
- A las... -Abrió los ojos algo preocupado y metió su mano al bolsillo de su chaqueta en busca de su teléfono.- Ah.. no, me quedan 5 minutos... aunque ya deben estar adentro...
- A menos mal... -Reí suave.- Después te meto en problemas y me vas a venir a reclamar.
- Oye, no seas habladora, ni que te reclamara siempre.
- Ahora lo estás haciendo.
- ¡Pero!--- Mi teléfono comenzó a sonar dentro de mi bolso. Al estar él más cerca me lo alcanzó.
- ¿Aló?, ¿Papá?
- Suegro... -Susurró, a lo que sonrojada le hice una señal de silencio, que respondió con una disimulada risa.
- Sí, no te preocupes, yo ya me voy... Sí. Ve tranquilo. Ok... ok. Nos vemos... Sï. Ya, Chau. -Corté, y suspiré.- Me tengo que ir...
- Si ya me di cuenta, pero tranquila, igual yo también tengo que volver. -Respondió, mientras se ponía de pie, y me ofrecía el bolso.
- Gracias... -Me puse de pie y tomé el bolso y me lo puse al hombro, mientras guardaba mi teléfono.-
- ¿Vas a venir mañana?
- No, no creo... - Respondí moviendo un par de cosas dentro del bolso.- Es que son ensayos generales.. una cosa es molestarte a ti.. otra es... -Alcé la mirada despacio chocando con la de él, que me miraba fijamente.- ¿Qué?
- No nada...
- Pero qué.. es que me miras tan fijamente... ¿Tengo algo?
- N....sí... quédate quieta, yo te lo quito... es como un bichito.
- ¡¿Qué?! Q-quítamelo.. rápido... -Pedí medio gritando, medio susurrando, cerrando los ojos de los nervios.
- A ver... espera... espera... -Depositó un suave y corto beso en mis labios.- Listo...
- Oye... -Reclamé bajito, mientras sentía mi sonrojo volver violentamente.- Eso no es un bicho...
- ¿Te vas a quejar también? Reclamona. Ve... luego hablamos.
- Hmp... -Estreché un poco la mirada, para luego sonreír y negar suave con la cabeza.- Vale... anda tú también... -Comencé a caminar en la dirección opuesta al lugar.
- Cuidate.
- Oye.. -Seguí caminando, pero de espaldas-
-¿Hmm?
- ¡Te quiero! -Le grité casi, con una sonrisa amplia, a lo que el rió bajo y me sonrió también.
- ¡Yo también!, ¡Chau!

Me despedí con la mano, y seguí caminando en dirección hacia mi casa...  Ya algo lejos, me volteé a verle, iba  entrando ya, lo perdía de vista.

Pensar que sólo vine a saludar... Me dije algo pensativa, mientras llevaba un par de dedos a mis labios, aún algo incrédula...

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