Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

domingo, 8 de julio de 2012

Otro proyecto...


- ¡Abre la puerta!
- ¡No!... ¡No quiero!, ¡Déjame ya!
- ¡Te digo que la abras ahora!
- ¡NO, ÁNDATE!
- ¡¿Eso es lo que quieres?! ¡¿Que me vaya?!
- ¡SÍ!, ¡Vete, no te quiero ver!
- VALE, no me vas a ver.

Ni siquiera escuché sus pasos alejarse de la puerta entre mi llanto desesperado. Estaba sentada con la espalda recargada contra la puerta, las piernas recogidas, abrazadas, y mi rostro escondido entre mis rodillas...

Poco a poco mi llanto fue disminuyendo hasta darme cuenta que él ya no me estaba gritando, ni golpeando la puerta para que la abriera, cosa que sinceramente me sacó de onda, pues era la rutina de siempre cuando ocurrían este tipo de discusiones, era hasta que nos durmiéramos así peleando a ambos lados de la puerta.

Algo débil por el llanto excesivo me puse de pie para abrir la puerta, mientras que con el dorso de mi mano derecha me iba secando las lágrimas... para mi sorpresa, era él quien lloraba ahora, a un lado de la puerta, igual que yo antes, sujetándose del cabello.

- ¿A-amor..? -Tartamudeé.
- Por qué... ¿Por qué insistimos en hacernos esto?
- ...
- ¿Por qué si nos amamos tanto no podemos hacer eso? ¿Simplemente amarnos?
- Franco...
- Esto me está matando... siempre acabo lastimándote... y tú sólo sabes cerrarte... me dices las cosas cuando ya te he lastimado demasiado... no te hago bien, Francisca... tú y yo lo sabemos...
- ¡Cállate!
- ...Estoy cansado...
- ¡Que te calles! - Las lagrimas volvieron a caer de manera violenta, mientras que me dejé caer sobre las rodillas y me tiré sobre él para abrazarlo con fuerza.- Sólo cállate...
- Francisca, yo te amo, pero esto no está bien... - Susurró a mi oído, mientras acariciaba mi espalda.-
- Shh... ¿No sabes callar? -Pregunté antes de buscar sus labios y besarlo con desesperación...

Me daba miedo escuchar ese tipo de cosas de él... Quizás nuestra relación no fuera la mejor de todas, pero al menos yo sabía que al acabar una pelea, el comprendería como me sentía, y me abrazaría, me daba la seguridad que necesitaba. Tampoco era que el fuera tan malo como pensaba ser... siempre he sido algo sensible, y ciertamente ha sido quién más ha aguantado a mi lado cada caída producto de esa sensibilidad... es normal que se altere... normal que si grita me ponga nerviosa... normal que si sucede demasiado llore... y más normal que si no le digo empiece la discusión sin final... lo que decía antes, hasta que ambos nos durmiéramos.

- ¿No crees que sea mejor... terminar? -Preguntó, mirándome a los ojos con miedo, mientras ordenaba mi cabello.
- Que... grosero de tu parte decir eso tras un beso... -Solté una corta risa algo cansada, mientras secaba las lagrimas con el dorso de mi mano izquierda.
- Al menos ya dejaste de llorar... -Sonrió de lado en una leve mueca algo triste, mientras quitaba mi mano de mi rostro, para apartar las lágrimas él mismo.- Pero lo estoy preguntando en serio...
- No, no lo es. -Respondí de inmediato mientras mi rostro se aproximaba al suyo, rozando su nariz con la mía a la pasada, con la intención de apoyar mi frente sobre la suya.- No es lo mejor hoy, ni lo será mañana.
- Pero nos estamos lastimando... esto está mal...
- Créeme que me haces más bien que el mal que crees hacerme... -Le susurré, mientras mi mano derecha le acariciaba con paciencia en la mejilla.-
- Odio verte llorar... -Respondió con voz débil, mientras su mano izquierda se apoyaba sobre la mía, para tomarla con firmeza en lo que depositaba un beso en la palma de mi mano y volvía a apoyarla en su rostro.-
- Mientras no te guste, creo que no tengo nada de qué temer... -Afirmé mi otra mano en su otra mejilla, para tomarle con tranquilidad y besarle en la frente, dejando mis labios ahí un par de segundos.- Franco... sé que te pido paciencia siempre... y siempre me la tienes; es todo lo que te pido... necesito mejorar...  Sigo pensando cómo pero lo haré, de eso no dudes.
- Yo te creo... pero me da miedo perder la paciencia de golpe y responder mal... Eres todo, Francisca. Todo. No te quiero lastimar... -Me rodeó con sus brazos de repente, mientras una de sus manos se hundía en mi cabello y sus labios en mi cuello.- Eres tan delicada que parece que te me vas a romper...
- ...¿Sería bueno, no?
- No...
- Entonces que bueno que te tengo para cuidarme.
- Eres una tonta...
- PERO, una tonta delicada, agradecida de que sigas a su lado.
- Y eso te hace más tonta aún, pero que afortunado soy de que lo seas... -Me separó levemente de él y me besó brevemente en los labios.- ¿Pasó la tristeza?
- Sí, papá. Gracias. -Sonreí infantilmente, para luego soltar una leve carcajada.
- Entonces le paramos aquí, que luego nos pasamos de azúcar... y bueno... tú sabes.
- Ah, claro.. -Hice una leve mueca para luego sonreír una vez más.- ¿Te parece ir a dormir?
- Buena idea... cámbiate tú primero, mientras voy al baño a lavarme la cara y te alcanzo. -Sugirió mientras se ponía de pie.
- Vale... oye... -Le detuve un par de segundos, alcanzándole del pantalón.
- ¿Dime? -Se volteo para verme, mientras me extendía una mano para ayudarme a ponerme de pie.
- Te amo... gracias. -Le besé en la mejilla y desaparecí tras la puerta.

De memoria alcancé creo que tres pares de camisetas diferentes y al final un chaleco, luego unas calzas gruesas y encima el pantalón de pijama. No tardé nada en acostarme, aunque sinceramente no pensé en esperar despierta a Franco, quería dormirme antes... era una especia de tortura psicológica la situación... Franco me amaba, me respetaba, me cuidaba... intentaba comprenderme... sin embargo no podía ocultar que le comenzaba a desagradar mi cuerpo, alguna vez fui demasiado gorda, pero ahora era demasiado delgada... ¿Quién los entiende? Suspiré y di una vuelta en la cama, enrrollándome más en las sábanas.

Aunque ya se había acostumbrado al tacto de la cotidianeidad, aún le daban nervios abrazarme, y mucho más dormir a mi lado donde inconscientemente, pensaba, podía apretarme demasiado... de verdad pensaba que me iba a quebrar... ¿A mi? Ni hablar de tener intimidad... por eso no le gustaba pasarse de azúcar. Bufé, y volví a darme otra vuelta. Mejor duerme, Francisca... no quieres empezar la pelea de nuevo... tranquilízate.




(En proceso aún ♥)

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