Son las 4 menos 15 de la mañana... y yo estoy sentada en el suelo, entre mi cama y la de mi amiga, en el departamento, por supuesto.
Sí, es viernes... hoy no está mamá ni papá, ni tampoco estarán mañana... tampoco iré a Los Ángeles, ni el fin de semana que viene. Al parecer... todavía me falta un poco por crecer y acostumbrarme a este tipo de soledad que viene junto a la independencia.
Ciertamente, María Ignacia, es mi única compañía aquí en Talcahuano... prácticamente mi nueva familia, pero... sigue siendo una visita... con algo de permanencia, pero es visita... no estará aquí siempre... yo sí.
¿Imaginaste que algún día tendrías que dejar los zapatos de colegio en un rincón de una habitación semi vacía, donde antes estuviera tu cama... y no los volverías a usar?
Hay loza esperando ser lavada, ropa esperando ser ordenada y otra lavada... trabajos esperando ser hechos y pautas por ser leídas... información que sabe que es necesaria para unas próximas pruebas... y yo estoy luchando contra el sueño por quien lo necesita...
No deja de ser extraño el verte envuelta en tantas responsabilidades... a ratos se me olvida, pero un mínimo de 'demasiado' acumulado de ésto... me hace reaccionar.
Allá voy de nuevo.
