Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

jueves, 19 de abril de 2012

No va en eso...

Tú, que todo lo crees saber porque has pasado por cosas difíciles.. ¿Estás realmente segura de ser tan madura como dices ser?

Lo siento, pequeña, pero la madurez está muy lejana a ser limitada por solo eso. No es más maduro quien más cosas difíciles ha pasado, ni quien ha podido hacer borrón y cuenta nueva de ellas... porque hay cosas inevitables, y lamentablemente no las olvidas, solo aprendes a vivir con el recuerdo de ellas.
Tampoco eres más madura por saber expresarte con una buena ortografía, aunque sinceramente de felicito, escribir bien es una práctica bastante deteriorada hoy por hoy, en los chicos de tu edad, y aún en algunos de la mía.
No eres más madura por dejar de creer en cuentos de hadas ni en fantasías, ni mucho menos por intentar crear tu propio mundo.
Tampoco eres más madura por reírte de quienes cometen errores, cuando tú misma los has cometido.
Ni tampoco por creer que el resto son puras putas y zorras fáciles, por creerse enamoradas/os incluso apenas luego de cortar relación con su ex-pareja, ...porque si fuera esa la definición, lamentablemente tú no estarías tan alejada, ni yo tampoco, aunque una cosa es generar sentimientos y otra es entregarlos así como así y jurar amor eterno (Cuando te burlas de quienes lo hacen)... porque si sumamos eso a la definición, nuevamente tú caes, pero yo no... y aún así, ante tus ojos, yo soy la inmadura en el amor.

Hay en ti un nivel de verborragia impresionante, creyéndote tan madura para señalar al resto "Porque he vivido cosas peores", no, querida, no va en eso... porque incluso el jactarse de ello, indirectamente señalando al resto de inmaduros... es eso, ser inmaduro.

Yo tampoco soy madura, me falta harto... pero creo estar segura de que tú tampoco lo eres. Porque puedo haber vivido muchas cosas difíciles, y ser aún peor... porque me pueden haber lastimado un millón de veces y no aprender de ello.
Pero por favor, no trato de darte lecciones, aún siendo mayor (Y haber vivido menos, según tú); menos lo intentes tú conmigo.

Porque entre mi "inmadurez" me va a dar risa.

Que pena... jamás pensé que me aburriría de ti no por una cosa de cotidianeidad, sino de que me molestaran actitudes tuyas.

sábado, 7 de abril de 2012

Aprendí. . .


Aprendí a guardarme las penas;
No aprendí a dejar de llorar...
pero sí a dejar las lágrimas caer, pensar y sonreír...
No aprendí a dejar de gritar,
pero sí a pedir disculpas si estuve mal...
o a callar si no había razón de seguir.

Aprendí a guardarme las penas...
aunque ahora me griten en la mente...
aprendí a bajarles el volumen...
y aún escuchando su murmullo poder sonreír,
porque si no hubiera aprendido,
quizás seguiría llorando por ahí.

Aprendí a mirar a los ojos cuando busqué comprensión,
y también a sonreír, suspirar y callar cuando quise reflexionar sola.

A veces también grité más alto,
intentando que entendieran que yo tenía razón.
Pero también aprendí a bajar el tono de mi voz,
a asentir y dar la razón, no porque yo no la tuviera,
sino porque aunque me entendieran no valía la pena.

Aprendí a guardarme las penas,
porque sé que al resto no le interesan,
porque sé que alegraré a mi enemigo,
y preocuparé a mi amigo.

A la larga aprendí a cerrarme al mundo,
para que no leyeran mis páginas con tanta facilidad,
pero también aprendí a compartir con el mundo,
sin necesidad de pasar mi curriculum.

Aprendí a guardarme la rabia,
aunque me sangrara la lengua por morderla,
porque sabía que era menor el dolor que sentiría yo al callar,
que el dolor ajeno al hablar.

Pero también aprendí a decir lo que pensaba,
porque muchas veces me dejé pasar a llevar,
preocupándome por quienes no valoraron mi comprensión.

Aprendí el con quién, el cómo y el cuándo.

Aprendí a compartir mis alegrías,
pero escogiendo al que sonreiría conmigo,
no al envidioso, ni al que solo apenaría.

Aprendí a guardarme las penas...
quizás podrás verlas rebalsar alguna vez,
pero no conocerás el diluvio que llevo dentro.
Porque aprendí que las penas podrás ser una tormenta horrible,
pero solo yo tengo el poder de calmarla,
solo yo puedo decidir que tan fuerte o mansa hacerla,
y solo yo puedo decidir su duración, su valor, su poder.

Aprendí muchas cosas... ¿Cuántas más me quedarán por aprender?