Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

martes, 5 de febrero de 2013

¿Cuántas sombras tenía él?

Ha sido inevitable, ¿No es así? Por eso has llorado al final de libro, porque aunque sabes que Christian Grey y ...él, no se parecen en nada, más que la personalidad... porque aunque sabes que la protagonista le tenía cerca, y ...él estaba a miles de kilómetros, sabes que podría haberte echo el mismo daño o más...

Que idiota la inexperiencia, que nos permite caer a ciertos niveles, pero la verdad es que aquella absurda inocencia te ha hecho cautivadora para la hambre de ...él. Creerse con la oportunidad de poseer tus primeras veces, de autoproclamarse dueño de ti, y te hace sentir llamada, deseada... enciende rinconcitos de ti que habías ignorado por mucho tiempo, pues nadie te había comentado su existencia.

Y la verdad es que, ¡JODER, SÍ!, enciende tu hambre también. Y te deja ese bichito dando vueltas...

Que bueno que jamás me tocó un pelo... pero qué vergüenza por otras cosas. Qué alivio jamás haber viajado, pero qué pena por algunas cosas también. Yo quería más, y el no me sabía querer. Y al final, yo tampoco supe quererle más que necesitarle, me acostumbró a sus maneras, y me pareció que era suficiente, que podía buscar el cariño acá y tener aquella parte de él... y no estaba bien, y huí. Para mejor, es lo más seguro. De todas maneras, mi corazón seguía acá, mirando en otra dirección, desde antes de él, y después también.

Me hace llorar, no porque aún me duela, o porque lo añore, ni a él, ni a él tampoco... es sólo que la entiendo... sentirse juguete, no es agradable, pero JODER, Christian lo intentaba... me bastaba con verlo en sus ojos, ver algo de sinceridad, para dejarlo todo.

Sí, soy tímida, es cierto. Es que sólo una persona ha podido sacar esa partecita de mi... "La diosa que vive en mi interior", esa que puede ser más que coqueta, más pícara, más interesante, con esa chispa en los ojos, dispuesta a exigir lo que desea. Si no enciende mi motor, sólo me queda acercarme con cautela para encenderla de manera manual... y nunca hay el suficiente tiempo. ¡Nos dicen a nosotras las recatadas! Si no sabes encender, no puedes esperar que prenda.

Lo más divertido es que ni siquiera sé a qué ha venido todo esto. Simplemente he sentido la necesidad.

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