- ¡No lo comprendo! Llevo mucho tiempo intentando descifrarle, buscando algo en su mirada que me diga que puedo hacer el intento, sin embargo cuando bajo la mirada aparece y me atrapa, y al mirarle nuevamente de nuevo va lejos, a mil pasos más adelante... Te juro que pone mi mundo de cabeza una y mil veces, aun dentro de escasos minutos... Y aún si me enoja, me frustra, me hace feliz o me hace llorar... podría jurar que el sólo hecho de conocerle ha sido una de las mejores casualidades de mi vida, sino la mejor...
- ¿Y eso se lo has dicho?, ¿Él lo sabe?
- No... me da miedo. Me cuesta arriesgar cuando se trata de cosas importantes... y créeme que él sin duda es sumamente importante para mi... y no es por sobrevalorarlo, es simplemente así de especial para mi... y ni siquiera lo planeé así... Te prometo que fue tan de la nada como el día en que lo conocí.
- Pienso que deberías simplemente ir, tomarlo de un brazo y llevarlo aparte, decirle todo eso, plantarle un beso e irte. Y que sea lo que sea.
- ¡Jajaja! Créeme que en mi mente lo habré echo un montón de veces, pero cuando lo tengo decidido me tiemblan las piernas... Quizás algún día lo haga. Cuando me desborde la necesidad y le gane al miedo.
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