No eliges a alguien para amarla o quererle, ni la eliges por lo mismo... lo haces simplemente porque no tienes otra opción, te es inevitable, porque esa persona puede poner tu mundo de cabeza con cualquier simple acción, una palabra, una mirada, con simplemente ser... porque se presentó en tu camino y no pudiste seguir caminando sin evitar voltearte y finalmente volver por ella... porque le querías seguir teniendo ahí, en tu vida, caminando ojalá contigo...
¿Puede haber mejor casualidad que dos personas que se encuentren y sientan la misma necesidad de la otra?
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La verdad de las cosas es que ésta persona será siempre un enigma para mi... pero me agrada que lo sea, me gusta sentir que conozco un poco de él cada cierto tiempo.
Me resulta extraño que pueda mantener mi atención después de tanto tiempo...
Me resulta raro que sea la única persona que de verdad a pesar de mis miedos y mis piernas dudosas al caminar haya logrado sacar palabras de lo que siento en verdad...
Me resulta agradable que siga siendo siempre el mismo a pesar de todo...
Me agrada que pueda sorprenderme... y me agrada intentar lo mismo con él...
Me saca de lugar que cuando decido no pensar más al respecto, una simple sonrisa me deje pensando días...
Me gustaría poder descifrar más de su mirada...
Me gustaría no ser tan ciega por mis miedos y notar ese algo que todos dicen ver cuando estamos cerca... ¿De verdad soy tan poco observadora?
El temor a perderle, la inseguridad mía y la necesidad de ser objetiva y hacer las cosas bien no me dejan ver mucho...
Por eso siempre he dicho que el intentar ser objetivo te vuelve limítrofe,
quizás éstos sean los límites que yo misma pongo en mi vida.
Yo quise ser mejor por él... y más por él, por mi también, porque yo lo necesitaba y él me dio las ganas.
¿Por qué siempre la gente alrededor parece ver más que uno mismo en la situación? Me gustaría poder ver lo que ellos también ven...
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