Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

domingo, 7 de octubre de 2012

Buenas noches.

- ¿Qué es lo que más extrañas de él?
- Anda ya... ¿Vas a empezar de nuevo? Supéralo ya.
- ¡Es que no puedo! Eran tan lindos juntos... Sigo sin comprender cómo es que terminaron.
- Tú lo has dicho, éramos... Y supongo que son cosas que pasan.

Ya iban dos meses desde que mi relación con Damián había acabado, y a Andrea, nuestra acosadora número uno, aún no le entraba en la cabeza el hecho, pues más que mal nos había anticipado juntos desde hacía casi un año antes de ponernos de novios, y aunque ya hubiéramos terminado ella seguía enfrascada en la idea de que volveríamos a estar juntos "Quizás en 5 años o en 6", repetía constantemente. Supongo que ella era una de las razones por las que por más que intentara no pudiera sacar al chico de mi mente... no me preguntaba sobre el quiebre, pues sabía que el tema me ponía mal, sin embargo adoraba preguntarme cosas sobre cuando estabamos juntos... aparentemente mis ojos brillaban más de lo normal, y le causaba una enorme ternura en la que basaba todos sus "Lo sabía" y sus consecuentes predicciones para un par de años más.

Tampoco es como que me molestara el hecho... Damián siempre ha sido un maldito importante en mi vida. De esas personas que una vez que llevas tiempo de conocer dices "Joder, desearía que esta persona realmente siguiera en mi vida siempre" y simplemente darías todo con tal de jamás perder contacto y tal. Y debo reconocer que recordar al menos aquella etapa nuestra me llenaba de paz y ternura... fue como conocer una parte más de él, esa vulnerable, esa cariñosa, esa más preocupada... esa... no lo sé. Simplemente otra parte de él, que es agradable saberse una de las muy pocas que le conocen.

- ¿Qué es lo que más extraño, decías? -Acabé preguntando de vuelta, seducida nuevamente por las consecuentes sonrisas del recuerdo.
- Sí, sí, sí. - Repitió entusiasmada, acomodándose en la cama de junto, en lo que yo también tomaba lugar y me abrazaba a la almohada más grande.
- Bien... ¿Recuerdas ese puente en el que jugábamos de niñas? Solíamos ir por allí de vez en cuando...

__
- ¡Pero apúrate, tortuga! -Grité ya un poco lejos de él, había bajado casi corriendo del bus sin miramientos en esperarle.
- ¡No seas así! Y no te vayas adelante. - Gritó de vuelta, alcanzándome sin demasiado esfuerzo. A lo que yo simplemente le esperé con las manos en las caderas, sonriéndole.- Te juro que no comprendo cuál es ese afán de irte adelante y llamarme tortuga, cuando hasta andando con muletas te alcanzaría en cosa de segundos. -Murmuró, en lo que sus brazos aprovechaban el espacio entre los míos para abrazarme por la cintura, estrechándome con suavidad, mientras bajaba el volumen de su voz hasta alcanzar mis labios en silencio.
- Qué cruel... -Regañé casi hablando encima de sus labios.- Déjame... siquiera creer... que puedo pasarte... y... ...¡y ya! -Apenas me dejaba hablar pues a cada espacio me volvía a atrapar, hasta que mordí con suavidad su labio inferior.- ¡Que no me dejas hablar!
- O-oye... esa era la idea... -Respondió con una sonrisa ladina en el rostro, en lo que volvía a besarme ésta vez con más suavidad, mientras comenzaba a avanzar, haciéndome retroceder, junto al puente.

__
- Sí, claro que lo recuerdo...
- Bien... extraño pasear con él por ahí... a veces podíamos estar horas en ese lugar, la mitad en silencio, pero estábamos juntos... extraño sus silencios y sus miradas escurridizas... El saber que aún a ciegas por donde caminaba de espaldas al estar abrazados, él no me dejaría caer... era una sensación deliciosa. -Una sonrisa sutil se dibujó en mi rostro.
- ¿Y nunca, nunca discutieron?
- No... ni como amigos, ni como novios... -Respondí, encogiéndome de hombros.- No hemos tenido nunca una razón... la única vez que  la hubo fue culpa de los dos y lo dejamos pasar... pero no, nunca.

__
- Dime algo, por favor... tus silencios me están matando. - Le escuché decir, apenas mirándole de reojo.
- No sé qué decir, ¿Se supone que pueda responder algo? -Modulé sin querer verle a los ojos otra vez.
- Pues... no sé, supongo que no... pero algo que quieras decir... ¿No estás molesta? O pégame, no sé... algo.
- ...estás loco.- Aún evitándolo, chocar con su mirada suplicante era inevitable... ¿Molestarme con él? Sólo era sincero... no creo que pudiera jamás realmente estar molesta con él como para sentir la necesidad de expresarlo... mucho menos para levantarle la mano.- Tranquilo... no hay presiones... -Susurré casi, sonriéndole.

__
- ¿No te cuesta verle ahora?
- Sí... la verdad es que sí, pero me costaría mucho más dejar de verlo, Andrea... eso podría firmártelo. Me acostumbré a ese ambiente que siempre le rodea, a verle, a molestarle, a sonreírle, a que me sonría... puedo desacostumbrarme, creo, de los besos, de esa cercanía, de estar de la mano, eventualmente... espero... pero dudo mucho poder siquiera vislumbrar el cómo sería desacostumbrarme a él en su totalidad.
- ¿Pero y ahora cómo le haces, si están tan lejos?
- Siempre hay formas, Andrea... y no es como si no le fuera a ver nunca más... si no tuviera sus abrazos de esos de 'Te extrañé tanto', creo que no sería lo mismo. Se me iría algo de paz y algo del corazón con él si no pudiera verle nunca más.
- Aww... ¡Ves que son tan tiernos!
- Sólo escuchas lo que yo siento, Andrea.
- Eso a mi qué. Estoy segura de que si piensa en sólo eso, al igual que tú, lo recuerda con mucha dulzura también... sin mencionar que les oía hablar de vez en vez cuando estaban juntos, y eran tan... no sé. De esas parejas que hacen sentir envidia... de la que quiere ser sana y le cuesta, y también esos deseos que no se separen nunca, nunca. -La quedé mirando un par de segundos algo descolocada e intentando entender como es que funcionaba su mente, decidiéndome finalmente por sólo encoger los hombros.- ¿Qué? Es verdad... -Agregó entre risas nerviosas e incómodas por mi mirada sobre ella.
- No lo sé, puede ser. -Sentencié con una sonrisa amplia.- Espero que sí, sería agradable saberlo así.
- ¿Volverías con él? -Preguntó escondiéndose tras un oso de peluche más o menos grande, dejando apenas a la vista sus ojos verdes.
- ¿Ahora? Quizás... pero ya sabes que pronto estaremos mucho más lejos... yo lo soportaría, pero no sé si él sí... Pienso que sería algo egoísta decir que sí a ojos cerrados.
- ¿Y en cinco años más?
- Jajaja, ¿En tanto? Quizás para entonces él ya se habrá olvidado, y yo le haya superado. Conocerá gente, y me engañará vilmente, yo lo sé... y quizás yo también.
- ¿Y si no fuera así?, ¿Si volvieran a sentir algo?
- ...¿Sinceramente? Sería maravilloso descubrir que aún me hace sentir nervios y cosas al verle luego de tanto tiempo... y que él también... Quizás si ocurriera de nuevo las cosas no serían tan complicadas... Sería lindo.
- Ahh~ -Suspiró, dejándose caer de espaldas sobre su cama, para acomodarse rápidamente y apagar la luz, en lo que yo también me acomodaba para poder dormir finalmente.- Ojalá pudiera estar así de enamorada de alguien... que aún bajo cualquier cosa pudiera siempre hablar bien de esa persona...
- Ja, ja... no pasa hasta que te pasa, supongo... Ya duérmete, maldita maníaca...
- Buenas noches, Anto...
- Buenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario