Ciclos, ciclos... se abren, se cierran, se repiten... en alguno volverás a estar y nos encontraremos.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Te miré


Te miré, y tú no mirabas, de modo que me limité a apenas bajar la mirada y seguir en lo mío... aunque siempre cerca, siempre escuchando, siempre atenta. Aún sin saber por qué, antes de tener una razón sentí la necesidad.

Te miré, y por un segundo volteaste a verme. Baje la mirada, nerviosa. Volví a mirar, pero ya no mirabas... ¿Será que me notaste por un segundo? Un pensamiento agradable, una sonrisa inevitable. Bajar la mirada otra vez, sin poder evitar mirar de reojo... es que esos ojos...

Te miré, pero tú ya me estabas mirando, apenas bajé un poco la mirada sin dejar de verte realmente, con una sonrisa nerviosa trazada en mi rostro, recibiendo otra sonrisa tuya. ¿Qué es esto? Vuelvo a bajar la mirada, nerviosa, siempre nerviosa, y escucho una leve risa tuya mientras desvías la mirada otra vez. Miro otra vez, pero más disimulada... esa sonrisa sigue en tu rostro, y creo que simplemente me encantó.

Te miré. Esta vez con valor. Mi mirada seguramente no deja de cantar los pensamientos que vuelan sin descanso. Y aunque miras también... sólo he escuchado algo que no cambia en nada la situación. Leve punzada. Débil sonrisa. Todo está bien...

Intenté dejar de mirarte, sin embargo esos ojos no han dejado de intentar susurrarme algo. O al menos eso creo. He vuelto a mirar. Esa misma sonrisa de siempre parece alegrarse por eso. Se contagia. Relaja. Pero cuando te invita a pensar, todo se tambalea. ¿Incierto?, ¿Ilusión?... ¿Realmente hay algo? La confusión es mucha, junto al miedo creciente. Debería dejarlo ya.

Apenas pienso en cerrar mis ojos, los tuyos demandan atención. Las pupilas se dilatan de la sorpresa. Un leve brillo aparece. ¿Es cierto? Una sonrisa. Tu sonrisa. Emite una canción temblorosa, dudosa... apenas repasando las notas en una partitura que jamás ha leído.. parece compleja. Quizás porque lo es. ¿Podemos repasarla juntos? Mis labios también dudan. Parecen sorprendidos. Y aún así se curvan en una tímida sonrisa.

Te miré. Dudosa. Impaciente. Atenta. Pero si mirabas de frente también los nervios atraían la mirada a otro lado. ¿Podríamos no mirarnos? Te escucho. ¿Es cierto?, ¿Qué piensas? Dudo. Yo creo. ¿Puede ser? Si quieres. ¿Y mañana? Mañana veremos.  Me miras fijamente, y respiras hondo. Apenas sostengo la mirada. ¿Lo ha dicho? Sí. ¿En serio? Sí. Sonríes. Se contagia. Inunda. Relaja. Y es firme... nada se tambalea.

¿Realmente nuestras sonrisas pueden fundirse en un beso sin dejar de sonreír?
Sí. Pueden. Lo hacen. Siempre.

Te miro. Me miras. Todo aparenta estar bien. Sonríes. Sonrío. No sé realmente si pudiera pedir más. El milagro aquí es que no se me inunden los ojos de sentimientos. Que quizás van a deshacerse en tus labios, esos que pronuncian lo que quizás siempre busqué escuchar de tus ojos.

Disculpa, se me desbordan los sentimientos de los ojos. ¿Podrías interpretarlos?

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